La probabilidad de ser decisivo y la ética de votar — Jason Brennan

Libertad en Español
4 min readNov 8, 2020

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Traducción del artículo originalmente titulado The Probability of Being Decisive and the Ethics of Voting

Jason Brennan

Zach Barrett tiene un nuevo paper que critica el modelo binomial de votar. El modelo binomial, que se puede encontrar en Democracy and Decision, entre muchos otros libros, modela a los votantes como si fueran monedas ponderadas. Preguntar si se romperá un empate es como preguntar si una moneda ponderada de cierto tipo saldrá cara exactamente la mitad de las veces. Aunque el modelo binomial fue el modelo dominante durante un tiempo, parece que ahora la gente suele utilizar las estimaciones de decisión de Edlin, Gelman y Kaplan, aunque también tienen sus críticos.

En The Ethics of Voting, hice algunos cálculos usando la formación del modelo binomial de Geoff Brennan y Loren Lomasky. El trabajo de Barrett presenta un caso extremadamente fuerte de que las estimaciones del modelo binomial de la decisión tienen que ser demasiado bajas. Creo que tiene razón en eso, y su trabajo presenta un fuerte caso de que la probabilidad de decisión es mucho más alta.

Dicho esto, vale la pena reflexionar sobre cómo la cuestión de la decisión afecta a las cuestiones que constituyen la ética de la votación. Aquí hay un pasaje relevante del libro de 2011:

No voy a argumentar que porque su voto sea insignificante, no debería votar. Hay razones para votar y no votar, incluso si los votos individuales no importan mucho. Algunos economistas dicen que es irracional votar. Esa no es mi posición.ᶦ

En su lugar, introduzco este tema aquí con el propósito de explicar cómo afecta a mi argumento. Desde mi punto de vista, la insignificancia de los votos individuales es neutral en cuanto a lo fácil que me resulta argumentar las conclusiones de este libro. Como quiero argumentar que los ciudadanos no tienen el deber de votar, la insignificancia de los votos individuales es, a primera vista, útil. Es más fácil argumentar que alguien carece del deber de realizar una acción cuando la acción individual no hace un bien significativo. Por otro lado, como voy a argumentar que la gente a veces tiene el deber de abstenerse, la insignificancia de los votos individuales es un problema para mí. Es mucho más difícil argumentar que la gente no debe votar mal cuando los votos individuales malos no hacen un daño significativo.

ᶦDado que este libro trata de la ética de votar más que de la racionalidad (prudencial) de votar, no intento establecer que votar sea racional o irracional. Si alguien me preguntara si votar es prudentemente racional, aquí está mi rápida respuesta: …generalmente es prudente ser el tipo de persona a la que no le importa mucho si es prudente votar. Los actos individuales pueden ser irracionales, pero puede ser racional ser el tipo de persona a la que no le importa mucho la racionalidad de los actos individuales.

Las partes en negrita esbozan el dilema esencial. Si resulta que en ciertos casos, como piensan Edlin, Gelman y Kaplan, o como Barrett argumenta, los votantes tienen una posibilidad bastante decente de ser decisivos, entonces (siempre que haya una diferencia real en el valor esperado entre los candidatos) sus votos pueden tener una gran utilidad esperada. Esto hace que sea mucho más fácil argumentar que es racional votar, y también más fácil argumentar que algunas personas pueden tener el deber de votar. Sin embargo, si algunos votos tienen una alta utilidad esperada, entonces algunos votos también pueden tener una desutilidad esperada correspondientemente alta. Si ciertos votos son importantes, también es mucho más fácil argumentar que algunas personas deben abstenerse de votar, porque sus votos individuales equivalen a imponer una pérdida masiva. Si, como dicen Edlin, Gelman y Kaplan, un votante indeciso en el voto de NM puede tener una utilidad social esperada de 50.000 dólares, entonces ese mismo votante también puede tener una desutilidad social esperada igual.

En The Ethics of Voting, quería argumentar a favor de estas dos afirmaciones:

  1. No hay obligación de votar per se. Más bien, la mayoría de los argumentos algo decentes a favor de un deber de votar en el mejor de los casos muestran que votar es una de las muchas maneras opcionales, y ni siquiera una manera particularmente buena, de cumplir con algún deber subyacente. Por ejemplo, la mayoría de las personas cumplirían mejor con su deber de promover el bien común convirtiéndose en mecánicos de motocicletas que votando sistemáticamente en cada elección.
  2. Existe un deber condicional que se aplica a votar: Si eliges votar, estás moralmente obligado a hacerlo bien, lo que requiere que tengas cuidado, estés suficientemente informado, pienses racionalmente y votes de buena fe por lo que justificadamente creas que es mejor para promover la justicia en general en vez de por tu estrecho interés personal.

Si los votantes individuales importan mucho, es más difícil argumentar por 1 pero más fácil argumentar por 2. En el libro, presumo que los votos individuales importan poco, lo que hace más fácil argumentar a favor de 1 pero más difícil argumentar a favor de 2.

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